lunes, 22 de diciembre de 2014

Los Leones de Lisboa

'El mejor lugar para defender es el área contraria'. Jock Stein.

La obra maestra de Jock Stein comenzaba a tomar forma, los Murdoch, Johnstone y Lennox se reafirmaban en cada partido y la recompensa debía llegar en poco tiempo. Corriendo años grandiosos, el Celtic de Glasgow ganaba la liga escocesa en su primera temporada al completo del técnico no católico (primero en la historia del club). Gracias a este indicio, el equipo británico emprendería una travesía que estaría llena de gran juego y calidad, una travesía llamada Copa de Europa.

Con el Madrid 'yé-yé' de líder absoluto tras conquistar el campeonato la campaña anterior, los demás equipos trataban de reforzar sus filas con ciertos jugadores que dejaran buenas pinceladas y que finalizaran ocasiones en ataque que en su mayoría eran intervenidas por los grandes guarda-metas del momento en el viejo continente. Al ser clasificado de manera normal, es decir, habiendo ganado la liga de su país, el Celtic tuvo que jugar la ronda de Dieciseisavos, cosa por la que los blancos no tuvieron que pasar. El rival fue el Zürich suizo, que acabó siendo empañado por un magnífico global de 8-0 que certificaba el pase a Octavos. Enfrentamientos que serían todo un trámite con un doble 3-1 para volar directos a los Cuartos de Final donde esperaría el FK Vojvodina.

La historia quiso ser caprichosa y adelantó en la ida a los yugoslavos con un gol que solucionaría en Escocia el ataque imparable que se vio combinado con la suerte de que Billy McNeill, el capitán, anotara en el último suspiro del encuentro reconociendo la dureza del cara a cara ante los del Este de Europa. Más tarde, el viaje continuó hacia la República Checa, donde el Dukla Praha no sería problema alguno gracias a un buen planteamiento que les dio el 3-1 en la ida y que ayudó al 0-0 en casa de sus rivales. Pero antes de tirar los cohetes quedaba algo mucho más duro, quedaba uno de los huesos que ningún perro quería roer. Capaz de eliminar al mismísimo Real Madrid, el Inter de Milán se plantaba en la final del trofeo europeo habiendo derrotado al Cerveno Zname (más tarde conocido como CSKA Sofía) en Semifinales pasando por un tercer partido de prórroga en el que los de Helenio Herrera ganaron por 1-0.



Finalmente la suerte estaba echada, era 25 de Mayo de 1967 en el Estadio Nacional de Lisboa y ante 56.000 espectadores se iba a dictar la sentencia de uno de los mejores conjuntos de la historia a causa de la falta del Balón de Oro de hacía 7 años, Luis Suárez Miramontes. Desgraciadamente las lesiones terminaron con la perla española y le impidieron el jugar esta batalla que será recordada por muchas cosas y jamás por un detalle suyo como en las anteriores finales jugadas y ganadas. Olvidada su baja solo se podía mirar hacia adelante, pensando que con los grandes jugadores que había en las filas italianas todo sería posible. Formaban los Sarti, Guarnieri, Fachetti, Domenghini, Bicili y por supuesto el gran Sandro Mazzola que estaría atareado durante toda la tarde intentando tirar de un ataque que flaqueaba en ciertos puntos. Por otra parte, los de Glasgow no movían ficha alguna, la solidez de su capitán Billy Mcneill estaba asegurada junto a otros tres grandes defensas: Kim Craig, John Clark y el más tarde conocido, Tommy Gemmell. Todos formaban una línea imparable que entrando en contacto con 'Bobby' Murdoch y Bertie Auld ayudaban a la salida de balón para combinar con Robert Lennox o 'Jimmy' Johnstone, los principales estandartes de las bandas.

Con todo preparado, el colegiado Kurt Tschenscher daba comienzo a un encuentro que empezaría a dar coletazos de contras muy seguidas y de idas y vueltas constantes por parte de ambas plantillas. Así se mantuvo hasta que en el minuto 6 un penalti fue cometido por infracción clara de los centrales de Parkhead, terminando en el 1-0 con un disparo raso a la derecha de Ronnie Simpson que saldría de las botas de Mazzola. A raíz de ese instante todo dio un vuelco que afortunadamente no fue para mal. Los de Stein empezaron a atacar sin cesar ni un segundo y la salida de los Neazzurri se volvía cada vez más difícil provocando gran cantidad de balones retrocedidos a un enorme Giuliano Sarti que paró todo lo que le tiraron, siendo éste el mejor de todo su equipo. Corso fallaba en la entrega, Sandro tenía que salir sin apoyos, y la banda de Johnstone era la preferida para profundizar o servir de alternancia al juego por el centro que Wallace entendía a la perfección.

De esta forma acababa la primera mitad, con una superioridad pasmosa que se vería reflejada en los compases iniciales del segundo período en el que poco tardaron los escoceses en tener de cara una falta indirecta dentro del área que acabaría en un gol sacado por la defensa y por lo tanto no contando en el marcador. La misma copla se repetía, el baño de fútbol estaba claro, y a pesar de que los Beneamata quisieran arrancar su cabalgada hacia la zona contraria, la jugada siempre acababa en una aproximación del rival. La perseverancia dio sus frutos, y después de tanto insistir, una llegada de segunda línea de Tommy Gemmell ponía el empate con un zapatazo cruzado que fue imparable para el cancerbero. Todo empezaba a tomar forma, las arrancadas de Domenghini dieron algo que profundidad a un Inter totalmente muerto que se veía en las arcas del Celtic. Así se llegó al minuto clave, el 84', momento en el que Stevie Chalmers quiso hacerse un hueco en la historia con un disparo cruzado raso medido a la izquierda de Sarti que poco pudo hacer mas que mirar como se le escapaba el trofeo. Solo quedaba ya el hacer tiempo ante la pasividad defensiva de los de Helenio Herrera, los cuales se vieron apresurados para sacar adelante algo que estaba terminado desde hacía tiempo, no por ventaja, sino por calidad.



Era de esta forma como todo terminaba, los intensos 90 minutos eran interrumpidos por la entrada de aficionados y periodistas que deseaban más que cualquier cosa el obtener algo que merecían, porque la profecía se abría. Un año después del Mundial de Inglaterra 66, un conjunto inglés ganaba el primer título continental para las islas, no siendo éste uno cualquiera, sino el Celtic de Glasgow.






miércoles, 12 de noviembre de 2014

La Brasil de los 'Cinco Dieces'

'Fuimos la única selección en cometer un error como este, colocar cinco números '10' en el campo, pero también la única que triunfó con ello' Jair Ventura Filo 'Jairzinho'.

Sin palabras se quedaban los espectadores con aquel gol de Maradona en 1986, los mismos que habían presenciado 16 años antes el mejor Mundial de fútbol jamás visto. Era 1970 y el rol de equipo pasó a llamarse y tratarse como 'Powerfootball', tras la gran brecha que había dejado Inglaterra en el 66. Brasil que había fracasado en tierras inglesas vivía una dura dictadura que fue declarada casi como una revolución por parte de Joao Saldanha, el cual sería destituido por declarar que Pelé no iría al campeonato debido a una miopía y lesiones de cadera, a esto se debió entonces la aparición como seleccionador Mario Zagallo, el exjugador de la selección y ganador de las Copas del Mundo de 1958 y 1962, quedando todo un mundo por delante aún. 'La Canarinha' quiso prepararse de manera perfecta para llegar con la mejor condición a la competición, dejando nada más que un millón de dolares en preparación física que serían probablemente la inversión más rentable de los últimos años.

Así y con poco más de 20 jugadores se llegaba a Junio de 1970. Es cierto que eran 20, sí, pero no jugadores cualquiera, sino estrellas del mayor nivel posible. Era 3 del caluroso mes de Junio en la también sofocante ciudad de Guadalajara, cuando el Estadio Jalisco se ponía en pie para presenciar un partido a la altura de los dioses. Formaban por parte de Brasil los ya conocidos Pelé, Jairzinho, Tostao, Gerson y Rivelino, pero el caso era como lo hacían. Solo la mitad del equipo de campo se centraba en crear y adornar, en hilar y deshilar, en dar y devolver, en embellecer y deslumbrar, solo esa mitad, porque la otra se encargaría de dar lo mejor de si en otras posiciones más retrasadas y prevenir así contraataques duros como el que sufriría en el minuto 11' de aquel enfrentamiento ante Checoslovaquia en el que Petras se luciría los primeros instantes. Hacía falta casta y mucha, no era suficiente el bordar el esquema además de la representación, esto solo ocurría cada 4 años y los brasileños lo sabían. Fue entonces cuando en una falta al borde del área, Rivelino anotaría el 1-1, a partir de ahí el encuentro terminaría por romperse y hacerse de los sudamericanos que con uno de Pelé y dos de Jair, dejaban el 4-1 para los restos.

Bien distinto se presentaba la segunda cita de los hombres de Zagallo, cuyo rival era la Inglaterra recién campeona del mundo 4 años antes. Llegaba el momento de demostrar las diferencias entre el fútbol de fuerza y la calidad. Con la ya famosa expresión ya sabida de: 'Más vale maña que fuerza', saltaban los internacionales aquella mañana del 7 de Junio al Jalisco para decidir cual de los dos se mediría a Alemania en la siguiente fase. Como era de esperar, la técnica de los 5 de arriba se dejaba notar cada minuto, dominio era la mejor palabra para describir un partido en el que los ingleses dieron muchas patadas y se encararon varias veces con el rival. Pero entre tanto, Jairzinho tira una carrera inmensa por la banda y tras ella, manda a Pelé un pase de auténtico '10', se eleva por encima del central y cabecea picado a la portería que defendía Gordon Banks, éste adivina la trayectoria y saca en la línea de gol el esférico, dándole rosca para que saliera despedido por encima del larguero. La mejor parada de la historia había tenido lugar. Precisamente no sería ese el tanto de la victoria, no solo por la gran intervención, sino porque la vida caprichosa había querido que Jair Ventura marcara el 1-0 en el 56', dejando de esta manera a su país en la siguiente ronda si conseguían ganar a Rumanía, victoria que acabaría por certificarse por un corto 3-2 con dos goles de 'O'Rei' y uno de él.



Finalizada una intensa fase de grupos, el día 14 tendría lugar el enfrentamiento ante la Perú de Didí, el cual se había encargado de formar un conjunto ofensivo al cien por cien y totalmente descuidado atrás. Dos equipos que no sabían defender se limitaron a atacar, primero golpearon Rivelino y Tostao, más tarde Gallardo recortaría distancias. El asedio a ambos marcos era inevitable, Felix tuvo la tarde de mayor trabajo hasta aquel momento en esta Copa, y esto se vería recompensado con los goles de Tostao de nuevo y Jair, tantos que hicieron que no se notara el de Cubillas que ponía el 4-2. El Estadio y el país tenían un nuevo amor, su nombre estaba claro, pero aún se tenía que justificar como rey.

Y menuda prueba le esperaba, Uruguay que había sufrido ante la Unión Soviética, a la cual le ganó en la prórroga, llegaba para medirse al 'Jogo Bonito' el 17 de Junio. Una Brasil totalmente expuesta se dejó intimidar por las estrategias de palabra de los uruguayos, ya enseñados y encargados de recordar el 'Maracanazo' sufrido 20 años antes en Río de Janeiro. Patadas y más patadas llovieron aquel día en el Jalisco, y coincidencia o no, no hubo ningún expulsado por parte del árbitro español José María Ortiz, el cual declaraba años más tarde que 'se jugó un partido con dureza, no con agresividad', algo cuestionado por muchos periodistas y entendidos del deporte a día de hoy, pero no replicado en aquella fecha. Ante la desesperación, Cubilla ponía el 0-1 y el miedo escénico empezaba a surgir en una selección que venía bordando cada minuto de la competición. Por suerte, había algo escondido en el campo, una técnica aplicada por el seleccionador Juan Hohberg que consistía en marcar al hombre a todo jugador de medio-centro para arriba, Rivelino, que vio este planteamiento, ordenó al pivote Clodoaldo adelantar su posición en una única jugada en la que él se quedaría en la posición defensiva. Clodoaldo subía, al mismo tiempo que nadie le hacía ni el más mínimo caso, así hasta llegar a la portería con un pase desde la banda que fusilaría a Mazurkiewicz y pondría las tablas. A raíz de esto todo fueron sonrisas, Jair hacía el 2-1 y más tarde, Rivelino el tercero a pocos minutos de que se apurara el tiempo reglamentario, 'La Verde-amarela' se dejaba notar en una de sus mejores exhibiciones, e Italia esperaba en la gran final.

El sol caía y volvía a caer, los finalistas se aproximaban en su autobús pensando en como iba a ser la mayor fiesta del fútbol y de quien caería la fortuna de la victoria; eso era lo que pensaban los futbolistas, todos menos Pelé. Con 3 mundiales a sus espaldas y dos de ellos en su bolsillo es posible pensar que un jugador de tal talla no sentía presión alguna, rotunda equivocación de todo el que se le ocurrió tal especulación, el internacional de 30 años rompía a llorar a pocos minutos del comienzo por un ataque de nervios que sufrió. Las alineaciones formaban en el precioso Estadio Azteca en Ciudad de México, toda la carne puesta en el asador para explotar en esta cita, y poco se tardó en encontrar el fallo, los italianos marcaban hombre a hombre individualmente, cosa que Jair detectó y comentó a Pelé, éste tras un saque de banda se intercambió de posición con su compañero, creando una confusión rotunda en la zaga rival, Edson cabeceaba, y esta vez Banks no le quitaría su gol, el 1-0 subía al electrónico. Pero si un despiste le costó a los de la 'Isla de la Bota' el primer gol de la final, otro le costaría a los de Zagallo el empate por parte de Boninsegna que remataba solo sin poder impedir la entrada del balón el portero Felix. El descanso marcaba pautas y tras 20 minutos de segunda mitad, Gerson hacía el 2-1 con un disparo seco que destrozó la red y que se combinaría con el 3-1 que Jairzinho adjudicaba en el 71', junto al récord de anotar en todos y cada uno de los encuentros sin fallar en ninguno. Así solo quedaba el sufrimiento de Italia, que a pesar de poseer a Mazzola y Riva en su once no pudo hacer nada más que ver como caía el cuarto después de que el fútbol se viera sometido a la calidad de una combinación que acabaría en el trallazo imparable de Carlos Alberto y la tercera Copa en propiedad de Brasil.



Tal vez fuera por las lágrimas del rey del fútbol previas a entrar al estadio, tal vez fuera porque cinco magos bajaran para hacer frente al mundo, tal vez fuera por mil cosas, pero seguro que ninguna se podría enumerar con una expresión de '10', una expresión que ellos multiplicaban por 5.


sábado, 11 de octubre de 2014

La Dinamarca de Suecia 92

'Estábamos de vacaciones cuando recibimos una llamada, el mensaje era claro, 'Ven y da lo mejor que tengas' Brian Laudrup.

Normalmente, la misma vida te da una de cal y otra de arena, pero solo a veces la suerte te acompaña y el azar puede significar un antes y un después en el transcurso de ésta. Yugoslavia tenía un equipo con estrellas carburando a más no poder, los Mijatovic, Miahjlovic, Prosinecki y demás llegaban a la Euro del 92 de la mejor forma posible, pero algo se interpuso en su camino, las guerras sufridas en el Este de Europa le impidieron participar, con lo cual una plaza se quedaba bacante.

Möller-Nielsen ocupaba el puesto de seleccionador danés, equipo que había sido designado como sustituto de Yugoslavia y que tenía a todos sus jugadores repartidos por todo tipo de paraísos habidos y por haber. Solo había que coger el teléfono y darles lo que para algunos fue el final de sus vacaciones, algo que se convirtió en lo mejor de sus vidas. Brian Laudrup, Peter Schmeichel, y muchos más tomarían las riendas de un conjunto que no estaba formado ni mucho menos por jugadores de calidad o de peso en el fútbol internacional, caso semejante pudo ser el de Henrik Larsen, un jugador no muy conocido que pasó de repartir el juego en la liga danesa a dar un título a su país, un título que tiene su historia.


La cenicienta hacía su puesta en escena, la poca adaptación a la que se vio sometida este equipo pudo justificar lo ocurrido el 11 de Junio, el día de su debut en el Malmö Stadion ante la Inglaterra de Alan Smith, Gary Lineker y un joven pero experto Alan Shearer que terminaría haciendo historia en la 'Premier League' años más tarde. Sin rodaje y sin entendimiento alguno, Dinamarca empataba 0-0 y parecía que lo esperado es lo que estaba pasando, son los más débiles. Tan solo tres días después, Suecia, la anfitriona era el rival a batir y no fue nada fácil parar a Martin Dhalin y Tomas Brolin, el segundo anotaría el único tanto del encuentro en el minuto 58', el 1-0 tenía un significado claro, si querían llegar lejos, algo había que hacer.

Largas charlas y ajustes técnicos se resumieron en algo que debía de suceder ganaran o no a Francia, Suecia tenía que tumbar a Inglaterra si o si. Ambos partidos se jugaron el 17 de Junio a las 20:15, todos dependían de si mismos para pasar, todos menos Dinamarca. La plaza prendía de un hilo pero el ganar regalaba una cuerda más a la que agarrarse, una opción que no pasó desapercibida en absoluto. Möller-Nielsen tenía claro lo que había que hacer, y pidió a su equipo salir y dar una buena imagen sin olvidar que ganando podían optar a algo remoto pero existente, Larsen adelantaba en el minuto 8' y el sueño parecía posible hasta que Papin puso las tablas en el 60', como se podía parar eso, para colmo, Suecia e Inglaterra empataban a uno y el ganador se llevaría el gato al agua y también a los daneses. De nombre Lars y de apellido Elstrup, había entrado en el 66', ponía el 1-2 tan solo 12 minutos después. Pero en la vida como en todo, solo a veces la suerte te acompaña, y así fue: Brolin que había anotado el gol de la victoria ante Dinamarca, marcaba el 2-1 en el 82' y los suecos se quedaban como líderes. Sin saber nada en absoluto, los Laudrup y compañía seguían intentando mantener lo conseguido hasta que el australiano Hubert Forstinger dictara la sentencia. El pitido lo decía todo, el milagro se cumplía y aquella cuerda se hacía de hierro, tal y como la moral de estos once jugadores que iban lanzados hacia la gloria.


Si no era tarea fácil el pasar por encima de Francia y jugarle un 'Póker' a la mismísima Inglaterra, derrotar a Holanda era casi un milagro. Rinus Michels reunía a toda una patria de estrellas, solo había que mirar a Gullit, van Basten y Rijkaard para darse cuenta de que Denis Bergkamp, Ronald Koeman y Hans van Breukelen podían pasar desapercibidos. No era casualidad que se dieran de claros favoritos, el '5-0' se veía fácil, es cierto, se veía, pero no se daba. Los daneses salieron a machacar a su rival, y a tan solo 5 minutos del pitido inicial, Henrik Larsen situaba el 0-1 en el marcador, algo que duró hasta que Bergkamp en el 23' empataba para la 'Naranja'. Poco tardó en reaccionar Larsen que de nuevo adelantaba a su equipo en el 33', ventaja que se mantuvo todo el encuentro tanto en números como en juego, pero que Dinamarca sucumbió cuando Frank Rijkaard empataba en el 86'. La prórroga se veía sin ritmo y los penalties eran la mejor solución a este lío en el que se habían metido los de Michels, que aunque nadie sabe el por qué, Schmeichel tuvo la fortuna de terminar salvando el segundo penalti lanzado por el Balón de Oro de aquel año, Marco van Basten. Gracias a esto conseguía el pase a la flamante final del 26 de Junio.

Un gol 'in extremis' de Karlheinz Riedle ante Suecia metía a los campeones del Mundial de 1990 en la final. El excentral Berti Vogts era el seleccionador alemán que de la mano de Effenberg y Klinsmann dirigía una Alemania capaz de todo y más. La fuerza de los de Nielsen era grande, muy grande, tanto como para salir convencidos de que hicieran lo que hicieran su vida había cambiado por completo y la buena imagen tenía que ir por delante de todo, recordando al encuentro ante Francia, lo primordial era disfrutar de lo que habían hecho. Y menuda forma de disfrutar, las amarillas llovían para los germanos y los goles también, Jensen en el 18' y Vilfort en el 78' hacían lo que para muchos fue culminar la magia de los mejores 15 días del Norte de Europa.

Si, la vida es el azar, pero nada quita que la magia inigualable y la suerte llevó a estos 23 hombres a derrumbar los cánones de la historia en los que los grandes ganan y los pequeños solo sucumben ante ellos. Pequeños eran y la Eurocopa fue suya, sencillamente por simpleza, sencillamente por naturalidad, sencillamente por calidad.

lunes, 22 de septiembre de 2014

Aquel 22 de Junio del Azteca

"La va a tocar para Diego, ahí la tiene Maradona. Lo marcan dos. Pisa la pelota Maradona. Arranca por la derecha el genio del fútbol mundial, puede tocar para Burruchaga. ¡Siempre Maradona! ¡Genio! ¡Genio! ¡Genio! (...) ¡Golaaaaaazo! ¡Quiero llorar!'' Víctor Hugo Morales (Narrador del partido).

Pintaba el sol artificial del Azteca,  aquel gran estandarte que cuelga de los techos del estadio, capaces de atraer al mismísimo dios, dios que ese día bajo para dar una pequeña pincelada al mundo del fútbol. Eran Cuartos de Final del Mundial de México y las alineaciones se cantaban solas, como destacados por parte de Argentina se daban a: Maradona, Jorge Valdano, Jorge Burruchaga y Héctor Enrique. Carlos Bilardo alineó aquella tarde un 11 irrepetible en muchos aspectos pero Bobby Robson consiguió hacerle frente de sobra, la calidad de los Lineker, Hodge o incluso Beardsley daban todo lo necesario a este conjunto que se defendía bajo palos con el gran Peter Shilton. 


Una primera parte que estuvo marcada por tímidas llegadas a ambos marcos, con una Argentina un tanto superior e Inglaterra planteando el juego a través de la posesión. Por supuesto se destaca el desborde de los argentinos en el que busca sobretodo a Enrique y a Giusti para poder entrar en contacto con Valdano y Maradona. Como ocasiones más claras, se hace inca-pié en 3 intervenciones del 'Pive de Oro', la más interesante es la falta que lanza llorando por rozar el palo. Pero algo que pudo preocupar su condición en la segunda parte fue un codazo recibido al borde del área, acción en la cual quedó tumbado en el suelo durante un par de minutos. Simples especulaciones, la segunda parte sería algo increíblemente irrepetible para cualquier jugador.





Un descanso en el que se pudieron decidir cambios, tácticas y aportar algo de moral para los jugadores, moral que Diego tenía ese día justo al lado del 'Olimpo de los dioses'. Un comienzo brillante, 10 minutos que sirvieron para bordar el dorsal costura a costura de toda una bendición. Carreras, llegadas y aproximaciones peligrosas que terminaron en una combinación en el borde del área en el minuto 51', Maradona tocaba y se iba, el centro rebotaba en el defensa y 'La Mano de Dios' hacía el resto. El tanto más polémico de la historia de nuestro deporte se hacía valer, hasta los propios comentaristas reconocieron la invalidez del gol. ¿Y entonces, cómo limpiar esta mala fama? ¿Ganar el mundial era suficiente? Primero había que ganar este partido, y que mejor que con una obra de arte que se salga de los cánones de la realidad.


Merece capítulo aparte, libros, dedicatorias e incluso enciclopedias analizar el mejor gol del Siglo XX, un gol que todavía hoy se considera el mejor de la historia. Se marcan pautas, la primera la forma en la que la defensa saca el balón, y la segunda, la manera en la que Diego se gira en el primer regate, dribla a uno, dos, tres, cuatro y como plato final el portero, dejando al mundo entero con el suspiro en el aire, con una parada en la historia, haciendo pensar que tal vez 'Pelé' fue grande, pero él era un gigante, fue algo que solo él y el fútbol entenderán y guardarán en su corazón.





Pasado el gol, los sudamericanos bajaron demasiado el nivel, tanto que 'Los Creadores del Fútbol' llegaban cuando y como querían. En el 81' Gary Lineker anota el 2-1 y el sueño parecía desvanecerse, ya que de nuevo en el 88' se quedaba solo y fallaba una ocasión cantada por muchos como el empate. Ese día no era el suyo.


Ese día y no tan solo ese, todos los demás de aquel precioso mundial fueron de los argentinos, pero en especial del más grande e imparable 'Genio' que ha pisado el césped del precioso Azteca de México, un estadio que ha sido testigo de dos campeones y de una rivalidad legendaria, 'Pelé' y Maradona, en 1970 y 1986 respectivamente, ambos casualmente recordados por dos goles, dos obras de arte, dos fenómenos que pueden acabar haciéndote llorar.

jueves, 11 de septiembre de 2014

La primera gesta de Van Gaal

Uno de los estandartes del fútbol holandés puede ser el PSV o el Feyenoord, pero actualmente el dominador es el equipo de la capital, el Ajax de Ámsterdam. Un equipo forjado por cantera, creador de un estilo inimitable con el gran Cruyff y comandado por un visionario llamado Rinus Michels se mantuvo en la cima del viejo continente tras conseguir la friolera de 3 Copas de Europa consecutivas durante principios de los 70. La marcha de sus estrellas y la aparición de nuevos jugadores con mayor calidad terminó por dejarlo un tanto desaparecido en lo que a competiciones internacionales se refiere. Pero llegó finalmente 1991 y un entrenador debutante se hacía cargo del conjunto, imprimió un estilo clave, tres centrales y cuatro jugadores en el centro del campo, lo que le aportaba gran defensa y verticalidad al mismo tiempo.



Tras tres años de preparación, en la temporada 1994/1995, consiguió un equipo totalmente polivalente que reunía tanto veteranos como debutantes. Ya superadas las 2 fases de grupos en aquella campaña, el Hajduk Split fue un plato sencillo para los de Van Gaal, que terminaron superándoles por 3-0 en los Cuartos de Final. Su rival en semifinales era el gran Bayern de Munich de Matthäus, Kahn, Papin... Una plantilla inmensa de grandes futbolistas, que fueron superados por un contundente 5-2 en el Amsterdam Arena.

La final se jugaría en el Ernst Happel de Viena, el rival sería el todopoderoso Milan de Capello que había perdido a sus tres estandartes, los tres precisamente holandeses, Gullit, Van Basten y Rijkaard, este último formaría parte del once rival aquel día. Un once que se podía cantar y recitar de memoria porque incluía a profesionales que serían titulares en cualquier equipo del mundo, formaron: Van der Sar; Danny Blind, Frank de Boer, Michael Reiziger; Edgar Davids, Clarence Seedorf, Frank Rijkaard (éste metido entre los centrales cuando había que recular en defensa), Jari Litmanen; Finidi George, Marc Overmars y Ronald de Boer como falso nueve. 



El encuentro estuvo marcado por un ritmo muy bajo durante la primera mitad en la que los italianos se centraron en mandar balones a sus delanteros Marco Simone y Daniele Massaro con un resultado más que nulo. El Ajax supo defender bien y en la segunda parte acertó con los cambios, entró en el 54' Nwankwo Kanu, un joven jugador de 18 años que se echó el equipo a sus espaldas con la ayuda de Patrick Kluivert, otro joven de la misma edad. Casualidad sea o no que el gol fuera suyo, tras una gran combinación al borde del área con Frank Rijkaard, quedó solo y anotó en el minuto 85' el que sería el gol que valdría el trofeo, y precisamente el gol que le haría convertirse en el jugador más joven en marcar en una final con tan solo 18 años y 323 días.

Van Gaal tocaba techo, y tras dos años mas, se marcharía al F.C. Barcelona en 1997, dónde cambiaría el esquema de aquellos tres centrales, esquema que volvería en este Mundial 2014 y en el nuevo proyecto del Manchester United, en el que seguro terminará triunfando.

Saludos, que pasen un buen día.

martes, 9 de septiembre de 2014

Un 'derbi' con sabor a revancha

Llegada la jornada número 3, nuestra competición nos deja un partido memorable en todos los aspectos, no solo por calidad de jugadores, sino también por la importancia y repercusión que tendrá en la decisión del título doméstico.

El rival. El conjunto del 'Cholo' Simeone llega al partido en plena forma, exceptuando el partido de la pasada semana en el que el Eibar casi consigue arrancar un punto a los colchoneros, su historial es casi inmejorable, un título en sus vitrinas recién conseguidos, y precisamente ante sus vecinos. Un Mandzukic en racha, combinados con las nuevas incorporaciones de Griezmann y Cerci, y la culminación del ataque con Koke Resurrección, hacen del equipo una máquina casi imparable, muy parecida a la del pasado año.



Lo positivo. Se juega en casa, un Santiago Bernabéu lleno hasta la bandera y rebosando de euforia por intentar ganar al mayor rival local, algo que llevaba pasando 14 años pero que se terminó hace 1 con aquel gol del ya jugador del Chelsea Diego Costa. Los Kroos, James, Modric, Ramos, Benzema, Bale, etc no se dejarán abatir de nuevo. El dibujo se mantiene, y la incorporación del Gareth a la medular puede dar una mayor verticalidad, situando así a Karim y a Ronaldo como hombres libres. Dos líneas de defensa para defender y un 4-3-3 para atacar, una combinación que le hizo ganar la Décima.

Lo Negativo. Tras el desastre de Anoeta, el parón de selecciones podía servir como una preparación previa para el partido más importante del conjunto merengue. El llegar rodado puede ser una ventaja o tal vez un problema, pero mejor llegar que no hacerlo, el futbolista internacional Daniel Carvajal se lesionó en los entrenamientos del Domingo, no jugó ayer en la victoria de España ante Macedonia, y quedó como duda para el partido ante el Atlético. A la baja del lateral derecho se le suma la de Sami Khedira, la ya conocida de Jesé y una posible molestia que impediría un rendimiento óptimo de Cristiano Ronaldo en el encuentro. Serias dudas de parte de composición del equipo.



Un encuentro que nos dejará con una opinión permanente para todo este primer cuatrimestre de que equipo puede pelear de verdad La Liga, pero sobretodo fútbol, mucho fútbol y del bueno.

Saludos, que pasen una buena semana.

viernes, 22 de agosto de 2014

Duncan Edwards

'The Busby Babes', así fueron apodados un pequeño grupo de integrantes del posible mejor equipo de todos los tiempos en el fútbol inglés, debido a su temprana edad. El desparpajo y calidad con la que jugaban lo tenían pocos en aquella época, había que salir de la isla para poder ver a 'La Saeta' cabalgar sobre los mejores céspedes del viejo continente, y encontrar así algún parecido a estos chicos a los que hoy se les vería como leyendas.

El equipo tenía todo lo necesario y más, jugadores como Roger Byrne al que no se le escapaba un delantero rival, o Bobby Charlton, toda una promesa que estaba llamado a ser el estandarte número uno del club. Siempre con permiso del futbolista al que todo aficionado que vio jugar consideró como algo mágico, algo insólito, algo como Duncan Edwards; capaz de crear superioridad en cualquier palmo del terreno de juego. Ganaron la primera liga en 1956, conquista que les llevaría a una Semifinal de Copa de Europa en la que caería ante el Real Madrid de 'Los Vikingos'. También ganarían la de 1957, volverían a Semifinales, pero esta vez de una forma trágica.



Es Cuartos de Final, el Manchester United accede tras vencer al Dukla de Praga en Octavos. Queda así encuadrado ante el Estrella Roja de Belgrado, al que superaría por 2-1 en la ida. La vuelta se jugaba en Serbia bajo la espesa niebla de Febrero que bañaba el estadio, un encuentro que acaba en empate a 3, que da el pase a los 'Red Devils' a la siguiente ronda, y les permite seguir intentando arrebatar al Madrid la hegemonía de Europa. Todo un logro, había que celebrarlo, pero tocaba volver a casa, la liga esperaba y si no llegaban a tiempo, se les daría el partido por perdido. Los nervios corrían y mientras tanto Johnny Berry buscaba su pasaporte perdido, el avión saldría rumbo a Múnich, donde tras hacer escala para repostar, llegaría finalmente a la ciudad inglesa donde se festejaría la victoria, un festejo que jamás tuvo lugar. Se aterrizó en la capital alemana y tras dos intentos de despegue, la pista totalmente congelada no ayudó a que todo adquiriera la forma adecuada, el 'Airspeed Ambassador' se elevó a poco más de 100 metros y cayó sobre una casa abandonada.

La tragedia había ocurrido, 22 personas murieron en el acto, y solo una resistió para hacerlo más tarde. Quince días después, Duncan Edwards fallecía debido a sus graves heridas, siempre fuerte, resistió hasta el último segundo, dejando su última frase al ayudante de Matt Busby, Jimmy Murphy: '¿A qué hora jugamos contra los Wolves? No me lo pienso perder de ninguna forma'.

miércoles, 13 de agosto de 2014

'El Tulipán Negro' Ruud Gullit

'Un equipo es como un buen reloj: si se pierde una pieza es bonito, pero ya no vuelve a funcionar igual'

Era un simple 1 de Septiembre en la capital holandesa, Ámsterdam; 1962 y en el país emergía un equipo que dominaría el mundo. Ese día nacía un jugador capaz de ser lo más polivalente jamás visto desde Di Stefano, un jugador que bordeaba lo soporífero en cuanto a carácter, juego y calidad, nacía Ruud Gullit. Hijo de un padre que emigró desde Surinam y de una amante que poseía aún estando casado. Desde edades tempranas, se interesó por el fútbol, y a la edad de 10 años se mudó al Oeste de la ciudad para jugar en el DWS, dónde coincidió con futuras estrellas como Ronald Koeman o Frank Rijkaard.

Llegado 1978, hace su debut con el HFC Haarlem, convirtiéndose en el jugador más joven de la Eredivisie, con tan solo 16 años. Jugaría en el club 91 partidos en los que marcaría un total de 32 goles y se encargaría de llevarlo a la Copa de la UEFA en la temporada 81-82. Logro que le ayudó a demostrar todo su potencial e incluso acabar denominado como el 'Duncan Edwards holandés' por su parecido al joven jugador inglés que falleció en la tragedia aérea de Múnich en 1958 y que despuntaba con tempranas edades.



Después de ser pretendido por varios clubes ingleses entre ellos el Arsenal, se decidió por ir al Feyernoord, equipo en el que coincidiría con un veterano Johan Cruyff, al que él le atribuye el cartel de su maestro en el campo. Además adaptó y asentó su juego a una posición más atrasada, la media-punta, dónde al igual que en el extremo, lo bordaba; todo esto se culminó siendo nombrado futbolista del año de Holanda en 1984. Marcó 31 goles en 85 partidos haciendo valer su nombre en lo alto. Por desgracia no todo fueron sonrisas; aparte de atesorar gran calidad futbolística, Gullit era defensor de la lucha frente al racismo, fue respetado durante sus primeros años, pero en un partido ante el St. Mirren F.C. , terminó insultado con términos racistas por parte de los ultras del conjunto escocés, situación que él describió como: 'el peor momento de su vida'.

Olvidados lo momentos difíciles, el PSV Eindhoven puso una oferta imposible de rechazar encima de la mesa, 1'2 millones de florines, oferta que el Feyenoord y el jugador aceptaron. Esto le costó años de ser acusado un vendido y haber traicionado al club que se lo había dado todo. Fue nombrado futbolista del año de nuevo en 1986 y aumentó su cifra de goles con un total de 46 en 68 partidos, además de contribuir a la consecución de la Eredivisie en ese mismo año y en 1987. Despertó el afán de los grandes europeos y con 25 años, tocaría el cielo de la élite.



El Milan de Berlusconi quería un proyecto que reinara en el mundo, y pagó la friolera de 18 millones de florines por el holandés, cifra que serviría para situarle en el Ranking número uno de fichajes en aquella época. Ese mismo año ganó el Balón de Oro que dedicaría a su mentor, Nelson Mandela y a la oposición a marginar a personas de color. Jugó de forma brillante y dominó en el esquema de Arrigo Sacchi, ayudó a la consecución de 2 Copas de Europa consecutivas, última vez que un club consiguió tal hazaña. Marcó dos goles en la famosa final ante el Steaua de Bucarest en 1989, ganando de nuevo el premio World Soccer al mejor jugador del mundo. A partir de ahí las lesiones fueron las culpables de tumbar a este gran icono, al que con 28 años el fútbol dejó de baja en un partido contra el Olympique de Marsella durante una gran cantidad de tiempo. Ganó 3 Scudetos y 3 Supercopas italianas en cuanto a campeonatos domésticos se refiere.

En 1993 firmó por la Sampdoria tras no poder jugar la final de la UEFA Champions League que terminaría perdiendo el Milan contra el Olympique de Marsella con el gol de Basile Boli de cabeza. Retornaría al conjunto de Milan y ganaría otra Supercopa italiana, aunque de nuevo volvería a la Sampdoria a mediados de temporada.

Culminaría su carrera en las colonias inglesas, como centro-campista del Chelsea F.C. con el que conquistaría una Copa de Inglaterra en 1997 y dónde terminaría su carrera deportiva en 1998, iniciándose así en la vida de entrenador.



La selección estuvo totalmente marcada por él y dos jugadores, Marco Van Basten y Frank Rijkaard, con los que ganó la Eurocopa de 1988 bajo la tutela de Rinus Michels como seleccionador, el que fuera creador del mejor fútbol holandés de la historia.

Toda una carrera plagada de récords y logros, toda una calidad que atesora, todo un recorrido de 10 en cualquiera de los equipos en los que jugó, una leyenda viva, un Tulipán de aún florece en Italia.


miércoles, 30 de julio de 2014

Las tres Copas del Bayern

Corrían años en Alemania en los que nadie sabía el por qué del buen fútbol y la calidad que atesoraban 11 jugadores, 11 futbolistas capaces de combatir ante todo, 11 alemanes.

Quedaba ya en el olvido aquel 4-0 del 73 que el Ajax de Johan asestó a este equipo, un Bayern de Múnich totalmente reforzado sabía que eran sus años. Bajo la tutela de Hugo Lattek, se plantaban en la final de la Copa de Europa, era 1974 y el rival el Atlético de Madrid.

15 de Mayo de 1974, la final de Luis Aragonés: Todos los partidos son recordados por algo, ¿por qué no lo iba a ser una final? Es cierto, se recuerda, pero solo por una cosa, por 'El Sabio de Hortaleza'. Ambos equipos sacaron sus mejores armas: Sepp Maier, Franz Beckenbauer, Uli Hoeness, Gerd Müller, ante Luis, Miguel Reina, Ignacio Salcedo, José Ufarte, etcétera. Un encuentro igualado que llevó el tiempo a la prórroga, dónde en el minuto 114' Aragonés lanzó una falta desde el borde del área que poco tuvo que hacer el portero germano, era el 0-1. Los minutos pasaban y el Atlético se veía campeón, pero Schwarzenbeck lanzó un zapatazo en el 120' que Reina midió mal, el 1-1 subía al marcador y al no haber prórroga, debía de haber un partido de vuelta. No hubo campo neutral, se jugó en Alemania. Dos goles de 'Torpedo' Müller y Uli Hoeness dejaron al gran equipo alemán como campeones de Europa, el fútbol era injusto, pero debía de serlo más aún.



Con la primera en el bolsillo, todo pareció sencillo,  Alemania se proclamó campeona del mundo ante Holanda con aquellos goles de Müller en una de sus exhibiciones más recordadas.

Tocaba volver a los clubes, el Leeds United que se había plantado en la final tras haber derrotado al Barcelona de Cruyff, presentaba credenciales al título. Y el Bayern por supuesto, también. Pasó de forma más sencilla, ante un Saint-Étienne del que se hablará en poco tiempo, pero que ya destacaba en su calidad de jugadores.

28 de Mayo de 1975, un 2-0 no significa dominio: Dos grandes plantillas saltaban al terreno para jugarse la hegemonía del viejo continente, solo uno saldría victorioso. Un enfrentamiento para recordar el resto de los días, los ingleses no cesaron de llegar y llegar, pero la efectividad alemana tuvo su efecto y en el 71' por parte de Franz Groth y más tarde en el 81' con Gerd Müller, levantaría para todo el país el segundo galardón europeo, todo un logro, pero cuestionado de nuevo.



La culminación lo llaman algunos, el cambio de fútbol otros. Un joven Platini destacaba en las categorías inferiores del Saint-Étienne, que además de él, tenía a un gran portero, Curcovic, un yugoslavo de metro ochenta capaz de parar lo imparable. La primera y última final para Robert Herbin que había montado un proyecto de ensueño.

12 de Mayo de 1976, la fortuna debe terminarse algún día: Si alguna vez se ha pensado en la fortuna, este partido puede ser el mejor ejemplo de ella. Los franceses dominaron de cabo a rabo el partido, ocasiones, posesión, despliegue físico y táctico, todo. Pero si algo caracteriza a las estrellas es el saber dar lo mejor de si cuando su equipo lo necesita. Una falta al borde del área que tras un toque leve del lanzador, deja el balón franco para Franz Roth, que marca el 1-0, un gol casi idéntico al que Ronald Koeman marcaría en 1992 ante la Sampdoria, precisamente, dos goles con el mismo valor, una Copa de Europa. La insistencia no sirvió para nada y la tercera terminó consiguiéndose, eran los reyes del mundo.



Se cerraba un ciclo, a partir de ahí deberían de pasar 25 años para que el sucesor de Maier, Oliver Kahn, consiguiera alzar de nuevo la orejona. Inglaterra comenzaba a florecer, y un color destacaba por encima de todo, el Rojo.


viernes, 25 de julio de 2014

La noche de Ámsterdam

'Para un aficionado, es la sinceridad de cuando una persona es realmente feliz' Christian Panucci.

Corría 1998 cuando el Madrid tenía una espina clavada en el alma, habían pasado 32 años desde la última Copa de Europa conquistada por el club. Se había terminado la fase de grupos y todo iba rodado, Cuartos sencillos ante el Bayern Leverkusen con un global a favor de 4-1 y unas semis marcadas por el 15 de Abril cuando en el Bernabéu se desplomaron las porterías por el movimiento del público sobre ellas. Todo parecía enfocado a una sola cosa: ser campeones. La liga no andaba bien para los 'blancos' y la única salida podía ser el conquistar el ansiado título tras tanta espera.

Es 19 de Mayo de 1998: El día previo al partido de su carrera, Predrag Mijatovic, que habituaba a entrenar con medias bajas, sale al campo con calcetas, algo poco peculiar para él. No se ejercita de manera brusca por lo que algo le pasa, se pueden observar varias vendas en su pierna que parecen ser una cura para alguna molestia que el jugador tenga. Llega la noche y 'Pedja' duerme en su habitación, o al menos lo intenta. Pasadas varias horas se levanta hacia el cuarto de baño y se mira al espejo, un espejo que como revela, cobra vida y aparece otro yo dentro de él que le dice: 'Tu vas a ser el jugador que les de la séptima' Supersticiones de futbolistas puede que fueran, que tal vez cobrarían sentido al día siguiente.



El día, 20 de Mayo de 1998: Todos los aficionados al fútbol dan por favorita a una Juventus que venía arrasando por toda europa, derrotando a equipos como el Dinamo de Kiev y el Mónaco antes de la final. Zidane, Del Piero, Inzaghi, Deschamps y Davids daban forma a un conjunto casi invencible. Pero todo análisis en cuanto a jugadores queda pequeño cuando en un campo de fútbol rueda el balón. El Real Madrid sale con: Illgner en portería; Hierro y Sanchís en la defensa, lateral izquierdo Roberto Carlos, el derecho es para Panucci; centro del campo para Redondo y Karembeu; más adelante queda Clarence Seedorf que combina con Mijatovic; y por último la delantera: Raúl y Morientes. Once grandes estrellas que no tenían nada que envidiar a los 'bianconeros'.

El partido empieza y la primera parte es dominada por los italianos, un tiro de Zidane que casi es gol y un par de ocasiones salpicadas con llegadas tímidas al marco de Illgner. Comienza la segunda parte, en la que se retira Di Livio y entra Tacchinardi que cambia el sistema de 5 centrales que proponía Lippi, para pasar a un medio-campo más plagado de jugadores y una defensa de 4. Fernando Hierro se da cuenta de lo difícil que es cubrir a 'Zizou' y ordena a Karembeu a presionarle casi hombre a hombre, eso marcaría el partido. Llega una jugada en la que tras un rechace de la defensa, Roberto Carlos chuta a puerta y de nuevo despejan, ese despeje le cae a una zurda que pocas veces se ha visto en el fútbol, una zurda de clase, una zurda que valió una copa, una zurda que en el minuto 68' del Ámsterdam Arena fue capaz de hacer sentir madridista a todo un país, 'La Zurda de Pedja'. Es ahí cuando regatea al portero y define con una clase impresionante de la que solo los grandes como él pueden presumir. Solo quedaban 22 minutos para la mayor gloria del fútbol y no se podía desperdiciar. Pasa el tiempo y Pessotto es sustituido en el 71' por el ariete uruguayo Fonseca. La Juventus está desesperada y no hay remedio, solo cambios y cambios que dan lugar a calentar el encuentro. Una batalla dura entre Davids y Seedorf que se llegan a encarar alguna ocasión y poco más. Hellmut Krug pita el final cuando Suker tiene el balón, todos corren a abrazarse porque tras 32 años, eran los Campeones de Europa.



Años más tarde se revelan los mejores secretos de la copa y Mijatovic confirmó que su pierna no estaba nada bien, pero el presentimiento de ser campeón lo llevó a arriesgar. Todo el mundo se rendía a un equipo, un conjunto capaz de hacer una gesta histórica que abría un círculo, un círculo que hoy continúa, un círculo que solo un aficionado de este club verá interminable.

lunes, 21 de julio de 2014

El Ajax de Cruyff

'El placer lo tienes si la pelota hace lo que tu quieres' Johan Cruyff.

Es 25 de Abril de 1947 y a las 13:00 de la tarde en Ámsterdam nace un delgado chico al que la vida le tenía jugada una de cal y otra de arena. Johan desde tempranas edades comienza a jugar al fútbol con un objetivo claro, llegar al Ajax de Ámsterdam, club de sus amores. Con 10 años es escogido por las categorías infantiles del equipo tras una pre-selección de 300 candidatos, ya que su madre trabajaba en el servicio de limpieza de éste y convenció al entrenador para que lo eligiera. Pero cumplidos sus 12 años, el 8 de Julio de 1959, fallece su padre (Hermanus Cornelius Cruijff) y 'Jopie' (apodo cariñoso que le puso su madre) se vio obligado a colaborar en tareas para mantener a su familia. Dejó los estudios y se encargó de ayudar al cuidador del campo del Ajax, a quien cogió mucho cariño y para él llegó a suponer casi un segundo padre.



Llegado 1964, debuta con el primer equipo el 15 de Noviembre y marca el único gol en la derrota por 3-1 ante el Groningen. Todo esto tuvo antes una preparación previa con un programa de ejercicios que preparó el técnico Rinus Michels para aumentar la masa muscular del chico. A pesar de debutar con 17 años, no se haría un hueco en el club hasta la temporada 65-66 al anotar 2 goles en la victoria por 2-0 el 24 de Octubre frente al DWS Ámsterdam. Esa temporada la finalizaría con 25 goles en 23 partidos y con un título de liga en el bolsillo.

El flaco se hace un hueco en la plantilla y en 1967 consigue su primer 'doblete' tras ganar liga y copa, anotando 33 goles en el campeonato doméstico, siendo por supuesto el 'pichichi' y mejor jugador. De nuevo en 1968 gana la liga y es nombrado mejor jugador holandés del año por segunda vez consecutiva (lo sería al año siguiente también también). Y es en 1969 cuando el 'fútbol total' llega a su plenitud, el equipo comandado por el visionario Michels se plantaba en su primera final de la Copa de Europa.

La presión asfixiante se oponía a cualquier rival y además, brillaban 3 grandes jugadores en el equipo, Keizer, Suurbier y Cruyff. Era 28 de Mayo de 1969, la final se juega en el Bernabéu, y el Milan de Nereo Rocco era el último bache hacia un título que no estaba destinado a los holandeses. Si había algo capaz de romper esa presión practicada en el Norte de Europa, era el famoso 'Catenaccio', que mezclado con las grandes estrellas del equipo italiano, dejaba a sus equipos sin opción alguna en los encuentros. Sormani, Prati, Trapattoni o Gianni Rivera entre otros, componían uno de los 11 de ensueño que ha tenido esta competición. En la primera parte golpea primero el gran Pierino Prati en el minuto 7' y más tarde en el 40'. En el minuto 60', el central Vasovic pone el 2-1 y el Ajax se lanza al ataque. Pero en el 67', Sormani hace el 3-1 que se culmina con el Hat-Trick de Prati en el 75'. El Milan gana su segundo título por 4-2 y un sabor amargo recorre el vestuario de los de Ámsterdam.

El destino no quiso que este equipo fuera el primero de su país en llevarse el trofeo europeo, el encargado de hacerlo fue el Feyernoord en 1970 ganando en la final en el Giuseppe Meazza por 2-1 al Celtic de Glasgow. Un destino que podría ser la predicción de un ciclo que comenzó ese día.

Temporada 1970-1971. 'Jopie' sufre una lesión de ingle y vuelve tras ella en Octubre frente al PSV, pero no lo hace de forma habitual, al no estar previsto que iba a jugar, se le asigna el dorsal 14 porque el 9 lo tenía otro jugador. Esto genera un revuelo en la prensa que Johan soluciona quedándose su nuevo número para toda su carrera, tanto en la selección como en sus clubes. Tal vez fuera ese número, pero el equipo se plantaba en la segunda final ante el Panathinaikos comandado por el húngaro Ferenc Puskás. En ese 11 resaltaban Neeskens, Van Dijk y Swart, jugadores que podían moverse por cualquier zona del campo y que culminaban el dibujo del famoso 'fútbol total'. El Ajax gana 2-0 con goles de Dick Van Dijk y Arie Haan, el 5' y el 87' respectivamente. Es este el año en el que gana su primer balón de oro, y su único en este club, ya que los otros dos los ganó en el Barcelona.



Llega 1972 y de nuevo otra final. Esta ves es ante el Inter de Helenio Herrera, que reunía jugadores como Sandro Mazzola o Jair da Costa.Además de rival, los holandeses cambian de entrenador, el nuevo es Stefan Kovacs que sigue con el mismo sistema que su mentor. Casi el mismo once, dónde aparece un joven experimentado de 22 años, Ruud Krol, capaz de moverse de manera brillante entre la defensa y la delantera para anotar goles. En esta final, 'El Flaco' consigue marcar los 2 goles que dan la victoria a su equipo, en los minutos 47' y 78', y que lo hacen campeón por segundo año consecutivo. Este título solo fue uno de los 5 que esa campaña conquistó el equipo holandés.

Olímpico de Ámsterdam, Cuartos de Final de la Copa de Europa, 7 de Marzo de 1973. El día en el que el Bayern de Múnich cae fulminado 4-0 ante el mejor fútbol practicado jamás. Sepp Maier, uno de los mejores porteros de la historia, defendía ese día el arco del equipo alemán, tras la derrota, tiró su jersey y sus guantes por la ventana de un quinto piso y juró no volver a jugar al fútbol en su vida. Fue toda una lección, los jugadores alemanes no salían de su campo y llegó un momento en el que Cruyff llegó a recibir el balón del saque de puerta al lado de su portero y corrió hacia campo contrario como si estuviera jugando solo en el campo. Haan hizo un doblete, y Johan y Mühren completaron el marcador. Una exhibición que digna fue para el camino hacia la tercera copa consecutiva. En la final de Belgrado esperaba la gran Juventus de Altafini, Capello, Dino Zoff y demás, que se vio asediada de nuevo por los norte-europeos, a los que un gol de Johnny Rep en el minuto 4' les dio el pase para cerrar un ciclo que parecía inigualable e interminable.



Pero llega el verano de 1973 y Cruyff decide marcharse al F.C. Barcelona por 60 millones de las antiguas pesetas, el equipo se descompone y deja de jugar de la misma forma, algo faltaba. Aunque en 1981 regresaría, ya nada era igual y en el recuerdo quedaban aquellos regates que parecían obras de arte. Porque como él decía: 'el fútbol se disfruta si le pones la pasión de un niño, justo la que yo le ponía'.







viernes, 18 de julio de 2014

La maldición europea del Benfica

'Sin mí, el Benfica no volverá a ganar una copa europea' Béla Guttmann.

Era 27 de Enero de 1899, un día cualquiera para todos, menos para la familia Guttmann de Budapest, ese día nacía uno de sus hijos. Un chico cualquiera al que empezaron a catalogar con fama de destacado en el deporte hasta que se decidió por dedicar su vida al fútbol. Con 20 años debutó en el Hungária en la posición de pivote-central, club en el que pasó 2 años hasta fichar por el Hakoah Vienna para pasar 4 años allí y cruzar el charco hacia los Estados Unidos, dónde jugaría en diferentes clubes de Nueva York (tres en concreto) y en Brooklyn Wanderers. Como etapa final, jugó en el Hakoah All-Stars y con 32 años y una carrera modesta decidió dejar el césped para centrarse en los banquillos.



Comenzó su andada como entrenador en el segundo club de su carrera, el Hakoah Vienna, aunque no sería el único en el que permanecería. Tras 2 años en este club, entrenó al Sportclub Enschede holandés y de nuevo volvería al conjunto austriaco para permanecer un año y marcharse a toda una aventura de aprendizaje en 6 países diferentes (Hungría, Rumanía, Italia, Argentina, Chipre y Brasil) en los que entrenaría a 13 conjuntos distintos (se destacan: Quilmes, Milan y Apoel de Nicosia). Tras estas veinte temporadas, el húngaro desembarcó en la ciudad de Oporto para comenzar un proyecto en equipos portugueses. Entrenó un año al Porto y al siguiente comenzó todo, Béla llegaba a Lisboa.

Era 1959 y el Benfica necesitaba formarse. Que mejor técnico que el del mayor rival del país para crear un equipo plagado de jugadores con calidad y a poder ser, portugueses o nacionalizados en Portugal, con una consigna clave, hacer goles, muchos goles. En 1960, el Benfica es campeón de liga con Guttmann al frente, galardón que le permite acceder a la Copa de Europa por segunda vez en su historia (ya la jugó en 1958).

El Real Madrid se paseaba con su 'Saeta' y con unos jugadores de envidia por toda Europa, haciéndose llamar: 'Los Vikingos'. Cinco años consecutivos ganando el trofeo más codiciado en todo el continente y sin derrota alguna, en algún momento la racha se debía de cortar, y así fue. Octavos de Final y el Barcelona de Czibor, Kocsis y Suárez eliminaba al gran Madrid de Puskas y Di Stefano con un parcial de 4-3 para los 'blaugranas', que al superar al Hradec Králové en Cuartos y al Hamburgo en Semifinales, se plantó en la final, en Berna y contra el Benfica.



Un Barcelona lanzado al título, un juego grandioso planteado por el gran técnico Cántabro, Enrique Orizaola, que se adelantó primero mediante Sándor Kocsis en el minuto 20'. Poco duró la ventaja ya que el media-punta José Águas consiguió poner las tablas en el 30'. Una carrera de un jugador puede estar marcada por goles, por logros o por capitanía; pero la del guarda-meta Antoni Ramallets será recordada por el gran fallo que propició justo dos minutos después del empate por parte del equipo lisboeta, una jugada que significaba el gol en propia puerta y el 2-1, que más tarde se ampliaría al 3-1 gracias al portugués Mário Coluna en el 55'. Después, en el 75', Zoltán Czibor recortaría distancias con el 3-2, pero ya era demasiado tarde y el dolor estaba hecho. Una gran cantidad de tiros por parte de los españoles al palo que no entraban, algo que creó el rumor y la creencia de que los postes de la portería debían ser redondos y no cuadrados como eran, a ese partido y a muchos más debemos hoy la forma de éstas.

Al día siguiente, los diarios portugueses titularon: 'El Benfica y la Virgen de Fátima, hacen a Portugal campeona de Europa'. Tal vez a los españoles les hubiera ayudado la Virgen del Pilar, pero ese año por desgracia no tocaba...



El club de la capital portuguesa rompía con los esquemas, pero faltaba una pequeña pieza, un mozambiqueño de 20 años cuyo ídolo era el gran Alfredo, deslumbraba en las categorías inferiores y debutaba con el Benfica en 1962. Casualidad sea o no que ese mismo año la final se jugara en el Olímpico de Ámsterdam y nada menos que entre el Benfica y el Real Madrid.

Un partido para la historia, una constante lucha por el gol que comenzó el Madrid en el minuto 17' con el primero de Puskas y que más tarde ampliaría con otro en el 23'. Pero Béla sabía como jugarle las cartas a Miguel Muñoz y golpeó por partida doble, en el 25', con gol de José Águas y en el 34', tanto que anotó el central Cavém, dejando el marcador en 2-2. Los blancos reaccionaron, y lo hicieron de manera brillante, Puskas anotó el 3-2, certificando su Hat-Trick, que no tendría otra finalidad que maquillar el resultado final. Llegaba la segunda parte, y con ella aparecieron los dos mozambiqueños de nacionalidad portuguesa, grandes goleadores, Mário Coluna que puso las tablas en el 51' y Eusébio, que dio el empuje en el 65' y el 68' para certificar lo que se preveía, un 5-3 que sonaba a cambio de era, un resultado que coronaba a un técnico totalmente ganador.



Tras acabar el partido, Guttmann pidió un aumento salarial, pero al reclamarlo, fue despedido, lo que generó una rabia intensa en el entrenador, que al marcharse, deseó lo peor al club e insinuó que nadie mejor que él conocía el secreto de como ganar una competición europea.

Accedió como entrenador al Peñarol, vigente campeón de la Libertadores, y más tarde pasó a entrenar a la selección de Austria, para en 1965 volver al club de Lisboa tras haber perdido la final europea ese año frente al gran Inter de Sandro Mazzola y Luis Suárez. Consiguió quedar en segundo puesto en el campeonato doméstico y se marchó al Servette suizo y después al Panathinaikos. Pasada su etapa en Grecia , estuvo 6 años sin entrenar para volver en 1973 y encargarse del FK Austria Viena menos de un año. En la temporada 1973-1974 siendo entrenador del Porto (club al que vuelve tras pasar por Viena), termina su carrera deportiva.

El 28 de Agosto de 1981 fallecía en Viena a los 82 años y tras una vida dedicada por y para los banquillos, pero tal vez recordada por uno que hasta el día de hoy ha estado maldecido en todas y cada una de las 7 finales que ha jugado el Benfica por un título europeo desde que esa frase fue dictada.

¿Una leyenda o una realidad?


martes, 15 de julio de 2014

'Aranycsapat' El equipo de Oro

'Inter gauche, Puskas, numero dix...' Estallaba un estruendo en aquel estadio de Berna tras pronunciarse esas palabras por la megafonía que anunciaba el once de la mejor Hungría que se haya podido ver jamás.

Esta magnífica selección de los 'magiares' comandada por Gustav Sebes se dio a conocer en el mundo entero en lo que fue llamado 'The Match of the Century' (El partido del siglo), tal y como lo tituló The Times el día después de aquella mágica noche del 25 de Noviembre de 1953, en la que por primera vez un equipo no británico ganaba en Wembley. Un encuentro que reunía unos jugadores envidiables aún a día de hoy, por parte de Hungría: Grosic; Buzanszky, Lorant, Lantos; Bozsik, Zakarias; Budai, Kocsis, Hidegkuti, Puskas y Czibor. Además de la calidad, detrás estaba la táctica, y también había de sobra: se renovó la famosa WM; dejaba 3 defensas y dos centrocampistas, pero uno de ellos, Zakarias, jugaba entre los centrales, mientras Bozsik combinaba con Hidegkuti que retrasaba su posición, dejaba como carrileros a Budai y a Czibor, y a Puskas y Kocsis de delanteros puros. Puede que solo fuera un amistoso pero el 3-6 retumbó en cualquier rincón del planeta. Marcaron por parte de los húngaros: Puskas un doblete, Hidegkuti un hat-trick y Bozsik; por parte inglesa anotaron: Jackie Sewell, Mortensen y Alf Ramsey uno de los mayores estandartes de esta Inglaterra como Stanley Matthews y Billy Wright. 




Pero no solo se galardona la gran actuación de este partido, el país del Este de Europa consiguió una gran racha desde 1950 hasta ese día de ganar 20 de 23 enfrentamientos y acabar en empate los otros 3. 

Llega la culminación de este país, es Suiza, es 1954, es cuartos de final y el rival es Brasil. La Brasil de Djalma Santos, Didí y Nilton Santos entre otros, un gran equipo pero con la ausencia de su estrella, Zizinho, al cual Zezé Moreira dejó fuera de la lista para esta Copa del Mundo. La 'verdeamarela' llegaba a esta fase después de un partido fácil frente a México dónde goleó 5-0 y Hungría mostrando credenciales al título. Solo quedaba que el balón echara a rodar en el gran estadio de Berna, aquel 27 de Junio, uno de los peores arbitrajes de la historia, a cargo del inglés 'míster Ellis'. Todo iba en su cauce y los 'magiares' se vieron con un 2-0 en apenas 7 minutos, que para poco les sirvió. En el segundo tanto se reclama fuera de juego de Kocsis por parte de los brasileños, que convierten su frustración en patadas que llevan al árbitro a no distinguir entre lances del juego y violencia. Djalma Santos coloca el 2-1 de penalti y más tarde Lantos de nuevo desde los 11 metros pone el 3-1. El partido se convierte en pura pelea callejera y el único que intenta jugar es Julinho que pone el 3-2 y está apunto de conseguir el 3-3, pero en el 88' Kocsis ('La cabeza de oro') pone el 4-2. Entre esas Nilton Santos y Bozsik se enfrentan a tortazos y Ellis los acaba expulsando. Se pita el final con el balón en los pies de Czibor al que Maurinho tiende la mano y asesta un directo a su cara, se incrementa la tensión, el fútbol pasa a un segundo plano y se invade el campo hasta el momento en el que una llamada de los altavoces del estadio calla a la multitud, una llamada de socorro. Las delegaciones de ambos países estaban peleándose gravemente en los vestuarios con botellas y todo tipo de utensilios. La policía tuvo que actuar y consiguió sanar la situación, todo había terminado, la batalla había acabado. Las sanciones a los jugadores según dictó la FIFA quedaron en manos de la federación de las dos selecciones que como es de razonar no actuaron de forma radical en la influencia futbolística.



Los de Sebes conseguirían ganar al vigente campeón de la competición, Uruguay por 4-2 en un partido duro en el que se vio fútbol de verdad y no guerra. Pero llegaba la cumbre de este fútbol, el momento más importante de la historia húngara, Puskas por fin recuperado y el mejor fútbol para demostrar. No se podía pedir más. Era 4 de Julio, un estadio de Berna que la lluvia no pudo evitar llenar hasta la tribuna, dos selecciones esperando el momento de saltar a jugar, Alemania Federal queriendo dejar claro que lo de 1938 fue un tropiezo y Hungría preparada para demostrar que el fútbol de ataque premiaba sobre cualquier otro estilo que existiera. Poco menos de 10 minutos de juego y Czibor ya ha hecho el 2-0. Solo el espíritu alemán podía salvar al rival, y así lo hizo, Morlock pone el 2-1 nada más sacar de centro y más tarde en el 18' Ottmar Walter hace el 2-2 tras recibir el pase de su hermano Fritz Walter en un saque de esquina. Se llega al descanso con empate y con algo más, o por parte de los alemanes, con algo menos, el físico. Pasados unos años de este Mundial se dio a conocer la noticia de que los jugadores alemanes se inyectaron 'pervitina', una sustancia-droga que aumentaba notablemente las prestaciones físicas de los jugadores y que no estaba considerada en aquellas fechas como un medicamento de dopaje, aún así de haberse conocido la noticia se hubiera generado un gran debate. Comienza el segundo tiempo y Hungría es víctima de la táctica que plantea Alemania que pretende que hagan esfuerzos largos para poderse replegar más fácilmente por el campo. Bozsik y Hidegkuti no pueden más y eso condiciona el juego del equipo que pasaba plenamente por los pies de sus mediocentros. Ocurre lo inesperado, tras una galopada de Schäffer, se marcha fácilmente de Buzanszky y saca un centro medido para que el otro extremo, Ranh que gana la espalda a su marcador (Lantos) remate de cabeza y ponga el 3-2. Alemania Federal es campeona del mundo. 



¿Pudo ser una ocasión desaprovechada? ¿Pudo ser lo ingerido por los alemanes durante el intervalo de la primera y la segunda parte? ¿O pudo ser el final de una generación? Nunca se sabrá, pero lo que es seguro es que el mito de aquellos 11 jugadores aún vive en el viejo estadio de la capital suiza y jamás dejará de hacerlo.


jueves, 5 de junio de 2014

El Rey del Fútbol

''Sí pudiera hacer un replay de mi vida, tal vez si pudiera marcar mi último gol con la Selección Brasileña, me gustaría...'' Edson Arantes Do Nascimento 'Pelé'.

La vida puede dar de si muchas cosas tales como pobreza, tristeza, amargura... pero también puede dar talento, tanto talento puede dar como a este chico nacido un 23 de Octubre de 1940 en Três Coraçoes (un municipio de Brasil de unos 70 000 habitantes de media actual) le dio al nacer. Existen algunas crónicas del ''Maracanazo'' de Uruguay en 1950 que dictan que 'Pelé' poco después del partido que perdió su país le juró a su padre que algún día el ganaría un mundial con la ''Canarinha''. Y cuando un chico con un talento que plasmaba en el campo de una forma impresionante e inaudita dice esas palabras, es razonable que se confíe en él.

Edson solo tenía 15 años cuando firmó por el Santos de Brasil, quedando en su primer año como máximo goleador del equipo y llamado por sus compañeros ''El Maestro'' del equipo con una edad muy temprana y mucho más joven que todos los integrantes de esa plantilla. Todo esto lo llevó a una convocatoria con tan solo 17 años con la ''Seleçao'' para el mundial de 1958 que se celebraría en Suecia.

1958: ''Sólo tiene 17 años y mira lo que ha hecho''. Esa frase era la más repetida en los partidos en los que jugaba este chico. Debutó en el tercer partido donde metió un gol, al igual que en su siguiente partido. Pero el momento cumbre del mundial es su gol en la final frente a Suecia; tras una combinación al borde del área, tira una pared y corre rápidamente al punto de penalti donde remata picando el balón y superando a un defensa. Inalcanzable para el portero. Más tarde marcaría el definitivo 2-5 que adjudicaba a Brasil, al joven 'Pelé' y a 'Dondinho' (su padre) la primera Copa Mundial de Fútbol de su historia.

1962: ''Orgulloso de mis compañeros''. En este mundial solo pudo jugar 2 partidos pero no fallaría en su cita con el gol, marcó en su primer partido y se fue lesionado de la competición. Todo esto no ayudo a la Selección pero gracias a Vavá, Garrincha y muchísima más calidad que tenía Brasil le dieron a esta nación su segundo mundial en su historia.

1966: ''Nos chocamos contra el fútbol físico y nos caímos''. La dureza, las patadas, el dolor; así puede describir un 'Pelé' de 25 años este mundial y en concreto el partido de la fase de grupos contra la Portugal de Eusebio que deja fuera a la ''Canarinha'' de este mundial, partido donde acaba lesionado y jurando que jamás jugaría un partido con Brasil en un mundial.

1970. ''Pelé nunca murió, el mejor equipo de la historia ha triunfado''. Tal vez sea raro ver a día de hoy una alineación con cinco números '10', es decir, cinco jugadores encargados de organizar el juego ofensivo y creativo de un equipo. Pues esta Brasil los poseía: Jairzinho, Rivelino, Tostao, Gerson y 'Pelé'; estos eran sus hombres clave y todo su juego pasaba por los piés de cada uno de ellos. Ni la dureza de Inglaterra en la Fase de Grupos, ni el gran juego de Perú en Cuartos de Final, ni siquiera la intimidación pre-partido a la que fue sometida la ''Seleçao'' contra Uruguay fue suficiente para hacer perder el más mínimo detalle de cada faceta del juego a estos grandísimos futbolistas. Italia cayó en la final por un contundente 4-1 en el Estadio Azteca de México el 21 de Junio de 1970. Pero no solo es de honor recordar esta final por el resultado, también hay dos anécdotas que poca gente sabe... Al ir acercándose con el autobús al Azteca antes del partido, 'Pelé' sufrió un ataque de nervios y se echó a llorar hasta que empezó el partido. Más tarde al marcar Carlos Alberto en una jugada ensayada, ''O'Rei'' comenta que cuando él pasa el balón va raso para Carlos Alberto pero justo cuando golpea con ese tiro en seco cruzado el balón se eleva un segundo antes de que se produzca el impacto con la bota, haciendo así que la superficie de contacto con la pelota fuera óptima; según él esa forma de elevarse se debió a la ''Mano de Dios''.

Todo lo grande tiene su fin y así fue en 1974 cuando Edson se marchó al New York Cosmos por 6 millones de dólares, cifra récord en aquellos años.Después de 1262 goles oficiales en su carrera se retiró en 1977 y desde entonces, vemos en cada evento al que asiste al mismo chico risueño que jugaba en las calles más pobres de Brasil con 9 años mientras sus padres lo criaban sin ser conscientes de que eran los padres del Rey del Fútbol. 

Gracias por vuestra atención y por la lectura, que pasen un buen día.

domingo, 1 de junio de 2014

En vísperas del mundial (2)

Debido a la duda de Falcao para el mundial y a que la lista definitiva de todas las selecciones se da a conocer el 2 de Junio, hoy analizaremos a una selección que tiene casi desvelados los componentes de su plantel en este Mundial 2014, esta selección es Uruguay:

Uruguay: La selección de los victoriosos y los no victoriosos debido a lo ocurrido en esta temporada en las diferentes ligas extranjeras como la Premier League, la Ligue 1 y la Serie A. Con los presentes convocados en esta lista de 30 por Óscar Tabárez esta selección tiene grandes aspectos que alabar pero uno de ellos es la defensa que se centra principalmente en Diego Godín (Atlético de Madrid) y Martín Cáceres (Juventus de Turín) los cuales son dos grandes torres defensivas y muy buenos cabeceadores, en especial Diego Godín; cierto es que Cáceres juega casi de carrilero/lateral en la Juventus pero aún así presenta buenas dotes defensivas. También posee defensas como Diego Lugano (West Bromwich Albion), Maximiliano Pereira (Benfica) y Alvaro Pereira (San Pablo).

El centro del campo esta muy equilibrado con jugadores de mucha labor de defensa y encargados de abrir huecos, estos son: Eglidio Arévalo Ríos (Monarcas Morelia), Diego Pérez (Bologna), Álvaro González (Lazio) y Nicolás Lodeiro (Botafogo). Pero en especial hago incapié en 2 futbolistas: Walter Gargano (Nápoles) y Cristian ''El Cebolla'' Rodríguez (Atlético de Madrid), los cuales con jugadores muy distintos pero que combinan a la perfección. El primero es un centrocampista más atrasado y encargado de distribuir el juego de Uruguay mientras que el segundo se encarga de sacar el balón por bandas y de llegar más profundamente, un mediocentro y carrilero a la vez.

En cuanto a porteros está bien formada, su portería se custodia por medio de: Fernando Muslera (Galatasaray) a mi parecer un portero sólido y con garantías, y por Martín Silva (Vasco Da Gama). Existen serias dudas de sobre que otro portero podrá ir pero en principio el principal candidato es Rodrigo Muñoz (Libertad, Paraguay) ya que el otro posible portero Juan Castillo (Peñarol) no pasa por un momento deportivo muy bueno. La otra posible alternativa sería el guardameta de Defensor Sporting de Uruguay: Martín Campaña el cual parece sólido y ha disputado con su club los cuartos de final de la Copa Libertadores de América.

La delantera es soberbia e impresionante formada por jugadores muy reconocidos a nivel internacional como: Diego Forlán (Cerezo Osaka) el cual no creo que esté al nivel suficiente debido al año que ha pasado en el fútbol japonés, Christian Stuani (Espanyol), Abel Hernández (Palermo) y la posible mejor pareja de baile que exista en una selección hoy en día Edison Cavani (Paris Saint-Germain) y Luís Suárez (Liverpool F.C.); dos jugadores impresionantes que han sobresalido esta temporada en sus respectivos clubes. En el caso de Suárez ha destacado notablemente con 31 goles en la Premier batiendo así el récord de Alan Shearer de 29 goles en una temporada del campeonato doméstico inglés. Pero para Edison Cavani los goles no lo han sido todo, ha diferencia de su compatriota, Cavani ha ganado la Ligue 1 con el PSG y ha llegado a cuartos de final de la Liga de Campeones. La calidad es tanta entre estos dos jugadores que es extraño que estén en la misma selección, pero lo curioso es que ambos nacieron en Salto, una ciudad de Uruguay habitada por tan solo 30.000 personas, parecida a lo que en España es Segovia en cuanto habitantes se refiere.

Un gran futuro le espera a esta selección plagada de buenos futbolistas en este Mundial de Brasil, Saludos y buena semana.