lunes, 22 de septiembre de 2014

Aquel 22 de Junio del Azteca

"La va a tocar para Diego, ahí la tiene Maradona. Lo marcan dos. Pisa la pelota Maradona. Arranca por la derecha el genio del fútbol mundial, puede tocar para Burruchaga. ¡Siempre Maradona! ¡Genio! ¡Genio! ¡Genio! (...) ¡Golaaaaaazo! ¡Quiero llorar!'' Víctor Hugo Morales (Narrador del partido).

Pintaba el sol artificial del Azteca,  aquel gran estandarte que cuelga de los techos del estadio, capaces de atraer al mismísimo dios, dios que ese día bajo para dar una pequeña pincelada al mundo del fútbol. Eran Cuartos de Final del Mundial de México y las alineaciones se cantaban solas, como destacados por parte de Argentina se daban a: Maradona, Jorge Valdano, Jorge Burruchaga y Héctor Enrique. Carlos Bilardo alineó aquella tarde un 11 irrepetible en muchos aspectos pero Bobby Robson consiguió hacerle frente de sobra, la calidad de los Lineker, Hodge o incluso Beardsley daban todo lo necesario a este conjunto que se defendía bajo palos con el gran Peter Shilton. 


Una primera parte que estuvo marcada por tímidas llegadas a ambos marcos, con una Argentina un tanto superior e Inglaterra planteando el juego a través de la posesión. Por supuesto se destaca el desborde de los argentinos en el que busca sobretodo a Enrique y a Giusti para poder entrar en contacto con Valdano y Maradona. Como ocasiones más claras, se hace inca-pié en 3 intervenciones del 'Pive de Oro', la más interesante es la falta que lanza llorando por rozar el palo. Pero algo que pudo preocupar su condición en la segunda parte fue un codazo recibido al borde del área, acción en la cual quedó tumbado en el suelo durante un par de minutos. Simples especulaciones, la segunda parte sería algo increíblemente irrepetible para cualquier jugador.





Un descanso en el que se pudieron decidir cambios, tácticas y aportar algo de moral para los jugadores, moral que Diego tenía ese día justo al lado del 'Olimpo de los dioses'. Un comienzo brillante, 10 minutos que sirvieron para bordar el dorsal costura a costura de toda una bendición. Carreras, llegadas y aproximaciones peligrosas que terminaron en una combinación en el borde del área en el minuto 51', Maradona tocaba y se iba, el centro rebotaba en el defensa y 'La Mano de Dios' hacía el resto. El tanto más polémico de la historia de nuestro deporte se hacía valer, hasta los propios comentaristas reconocieron la invalidez del gol. ¿Y entonces, cómo limpiar esta mala fama? ¿Ganar el mundial era suficiente? Primero había que ganar este partido, y que mejor que con una obra de arte que se salga de los cánones de la realidad.


Merece capítulo aparte, libros, dedicatorias e incluso enciclopedias analizar el mejor gol del Siglo XX, un gol que todavía hoy se considera el mejor de la historia. Se marcan pautas, la primera la forma en la que la defensa saca el balón, y la segunda, la manera en la que Diego se gira en el primer regate, dribla a uno, dos, tres, cuatro y como plato final el portero, dejando al mundo entero con el suspiro en el aire, con una parada en la historia, haciendo pensar que tal vez 'Pelé' fue grande, pero él era un gigante, fue algo que solo él y el fútbol entenderán y guardarán en su corazón.





Pasado el gol, los sudamericanos bajaron demasiado el nivel, tanto que 'Los Creadores del Fútbol' llegaban cuando y como querían. En el 81' Gary Lineker anota el 2-1 y el sueño parecía desvanecerse, ya que de nuevo en el 88' se quedaba solo y fallaba una ocasión cantada por muchos como el empate. Ese día no era el suyo.


Ese día y no tan solo ese, todos los demás de aquel precioso mundial fueron de los argentinos, pero en especial del más grande e imparable 'Genio' que ha pisado el césped del precioso Azteca de México, un estadio que ha sido testigo de dos campeones y de una rivalidad legendaria, 'Pelé' y Maradona, en 1970 y 1986 respectivamente, ambos casualmente recordados por dos goles, dos obras de arte, dos fenómenos que pueden acabar haciéndote llorar.

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